¿Qué son los costers?
Laderas de viña, pizarra y vértigo
Desde las alturas del Montsant, a más de 1.000 metros, el Priorat aparece a la vista como un mar encrespado. Valles y colinas semejan grandes olas inmóviles, masas de piedra de ángulos cortantes. Las fallas y los pliegues, y la tarea lenta y tenaz de los ríos Siurana, Montsant y Cortiella han formado un relieve hipnóticamente abrupto.
Estas laderas empinadas cubiertas de pizarra quebradiza, que se conocen como ‘costers’, alojan el difícil cultivo tradicional de la vid prioratina.
Fuertes pendientes, sostenidas aquí y allá por pequeños muretes secos, recortadas por un cielo que estalla. Es un paisaje agrícola que maravilla, hecho por la gente de los pueblos, construido para ganar a la montaña un fruto escaso pero de riqueza concentrada. Hoy las cuestas del Priorat son sinónimo de cepas viejas y de identidad plena. La imagen de la grandeza de esta pequeña comarca.