Vino dulce rancio
Memòries Dolç Ranci
Expresión de un Priorat eterno
En el Priorat hay una larga tradición de elaboración de vinos dulces y rancios. Muchas familias guardaban en el fondo de la bodega una vieja barrica de rancio. Cuando un hijo se iba de casa, los padres le daban una parte de la solera. De esta manera el rancio de la familia pervivía en un nuevo hogar. Cada generación pasaba a la siguiente parte del patrimonio, del gusto y de la memoria familiar. De ahí este Memòries, que representa el vínculo con las prácticas ancestrales, el recuerdo de los momentos de consumo cotidiano y el homenaje al esfuerzo de siglos de las familias de esta tierra de potencia atávica.
Ficha técnica Ir a la tienda
Los aromas potentes y clásicos. Los recuerdos de miel. Los matices salinos, ahumados, antiguos. Es la magia del tiempo, el nervio de una fruta dulce, el trabajo del sol y la frescura sombría de los rincones de un caserón de pueblo. Una entrada en boca amable y suave que enseguida se hace profunda y muy larga. Notas de caramelos, almendras, higos maduros y secos, café y chocolate. Longitud, encanto y calidez. Un vino de calma, meditación y emoción. La boca es extraordinariamente madura y fresca a la vez. Posee una elegancia natural,como la visión de un paisaje donde los siglos han conseguido colocarlo todo armoniosamente. Es como una invitación que nos hace la naturaleza.